Que tal, volvemos de un largo día lleno de sol, me fui con el menor de mis hijos al Denny’s, pidió su hamburguesa con queso, papitas fritas, uvas, sausage, bacón y su Coca Cola y eso que no tenía hambre, estaba inapetente, pero bueno pasamos un buen momento, yo pedí solamente mi Coca Cola con mucho hielo ya que Denny’s no me gusta, siempre termino peleandome con el cocinero, porque la carne nunca me la cocinan como es debido y al final esta dura como una tabla y al morderla ya perdí algunos dientes en el proceso, por lo que tome mi iPad y me puse a leer mientras mi hijo terminaba sus alimentos, de regreso, seguimos estudiando, en medio de la Biblia, algunos libros buenos que hablan totalmente sobre la Biblia, sin filosofías ni psicoanálisis freudiano y con algunos comentarios bíblicos para fundamentar lo que leo y tratando de asumir responsabilidades como lo escrito en el presente post.
«Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos» (Salmo 51:4)
Si quiere pecar cada vez menos y tener un mayor desarrollo espiritual en su vida, debe aceptar su responsabilidad. No le eche la culpa a sus circunstancias, a su cónyuje, a su novio o a su novia, a su jefe, a sus empelados o a su pastor o a los miembros de la iglesia que pastorea. Ni siquiera le eche la culpa a Satanás. Su pecado es culpa suya. Sin duda que el sistema del mundo puede contribuir al problema, pero el pecado ocurre en definitiva como un acto de la voluntad; y usted es responsable de eso.
Tal vez uno de los mejores ejemplos de alguien que aprendió a aceptar su responsabilidad sea el del hijo pródigo. Cuando volvió a casa con su amoroso padre, dijo: «Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo» (Lucas 15:21). Estuvo incluso dispuesto a que se le tratara como a un modesto jornalero porque sabía que no merecía nada (v. 19). Esa es la actitud correcta de alguien que confiesa su pecado.
No es como sucede en la actualidad, que viven como les dá su Gadarena gana, hacen de todo, y luego llegan a la iglesia y ordenan su milagro, le cuentan hasta tres al Espíritu Santo para que les de sus tres deseos, declaran, decretan y todos felices y los líderes muchas veces son los que fomentan con sus enseñanzas de que como eres hijo del rey, debes vivir como un rey, cuenta bancaria grande, casa grande, carro grande y también pecado grande, no hay lo que veíamos en los versículos anteriores, «No soy digo, he pecado contra Ti», arrepentimiento, y saber que solo por gracia somos perdonados y por el gran amor que nos tiene el Padre podemos llegar ante los pies de su trono y alabar su Santo nombre.
Nos vemos mis amigos, les dejo una alabanza de nuestro grupo de alabanza y el grupo de danza.
Nos seguimos comunicando, invite a visitar el blog y no se aleje mucho, estamos estudiando sobre todo ahora que tenemos un poco de tiempo, luego ya a partir de Agosto entre el trabajo, la escuela de los chicos, los estudios, tendremos menos tiempo, por ello, estamos preparando artículos para esos tiempos de correrías, bendiciones.
Deja una respuesta