Al pastor de la iglesia en … (San José)

Queridos amigos o hermanos y hermanas en Cristo, hoy vamos a conversar, como siempre les digo, preparense un buen café, aunque muchos no van a querer porque realmente hace una calor terrible, creo que pasamos los 35 grados centígrados, nos vamos derritiendo poco a poco, pero como siempre digo: abajo me imagino que quema, pero bueno si no quiere el café, un heladito, o una Coca Cola bien fria y con muchos hielitos, aparte claro está nuestra inseparable cajeta con pan o manjar blanco con pan y bueno al final el pan con lo que más le guste. Hoy día quiero traerles a ustedes algo que me viene correteando desde hace mucho tiempo, sabe mis queridos amigos: Cristo ama a la iglesia, le cuento que dio su vida por ella y le aviso algo más, dijo que ni las puertas del infierno prevaleceran contra ella. WOW, tremendo, ¿verdad?, ojo ahora la iglesia la conformamos todos aquellos que son discípulos de Jesucristo, no asistentes, ni siquiera solo creyentes, sino discípulos y El ha dotado a algunos siervos ungidos como pastores, maestros, apostóles, evangelistas y maestros, para edificar a su iglesia, o sea a cada uno de aquellos que sigue a Jesucristo.

Hasta allí espero que todo este claro para poder seguir, si no tiene idea de lo que estamos conversando, mi amigo, a comprarse su bloqueador solar y a esperar el tren, esto no es para usted, pero mi amigo o amiga, si usted a entendido lo que vengo escribiendo, sientese, agarre su Biblia porque de que vamos a intercambiar ideas y conocimiento, es la puritita verdad.

Bueno, usted y yo sabemos, y nos lo han dicho por centeranes aquellos televangelistas y telepredicadores y uno que otro inepto por allí, de que Dios nos quiere bendecir, y usted dira: «eso es lo que quiero» pero la diferencia estriba en que Dios quiere bendecirte con muchas cosas diferentes a las que uno piensa, todos te dicen que te va a dar una casa, trabajo, dinero, posición, la visa para España (y nos sentimos felices), y bueno se nos acabara la vida y no terminaremos de gastarnos toda la fortuna que Dios nos quiere entregar, pero esto no es cierto, asi no son las cosas, esto es solo para agarrar incautos, porque vamos a recurrir a la Palabra de Dios para que usted y yo o se nos abran los oídos y nos demos cuenta de lo que verdaderamente Dios quiere para y de nosotros.

Veamos Apocalipsis capítulo 2, quiero que vaya leyendo, perdóneme, sé, que quizás la lectura no sea una de sus aficiones favoritas, pero le cuento, Jesús vió algo en su iglesia, mandó a Juan a que escribiera unas cartas para cada una de ellas, quiero que aquí se fije con detenimiento, Jesús mandó a Juan a que escribiera unas cartas a las iglesias y dentro de ellas a los pastores que eran los ungidos para enseñar al pueblo de Dios. Hoy por hoy aparece cada no ungido sino urgido, pero de dinero que tomando en vano el nombre de Dios habla de las bendiciones, de mande sus 20 dolares y le devolveremos su milagro, que los de 100 en este lado y los de 1000 en este otro y de que hay un impio juntando dinero para ti, solo dá tu ofrenda y vendrá a entregarte todo y tendras y obtendras los deseos de tu corazón, (tremendos sinverguenzas). pero hermano, quisiera ponerme en los zapatos de aquellos que recibirían las cartas y hoy veremos solo una, más adelante si aún estamos por aquí seguiremos con las demás, miremos a Efeso, o quizás cualquier iglesia de este lugar, recuerden yo vivo en San José, California y he caminado por algunas iglesias, «Visión del Valle», «FCC», «Jubilee», «Luz de mi Salvación», «Casa de Oración», «Bethlehem», entre otras que no recuerdo su nombre, y algunas que no quiero recordar, porque hasta te vendían el sandwich a la entrada para que no te agarre la palabra con el estomago vació y durante la mitad del servicio estaban en un muerde que te muerdo que a todos nos entraba el apetito, mi querido pastor imagine que recibimos está carta, y la leemos detenidamente y habla de lo que somos nosotros, si cada uno de los miembros de nuestra congregación incluyendo al pastor que va por delante, y mirémonos un momento cuando nos dice, que somos trabajadores, pacientes, y tenemos discernimiento, que odiamos el mal, y defendemos las causas de Cristo, otro WOW, ya la hicimos, esto y nuestras alas para ir al cielo es casi lo mismo, hemos logrado lo que tanto anhelabamos, poder hacer la obra que Jesucristo nos mandó, hasta aquí todo perfecto, veo las caras de algunos llenos de alegría, he conocido a varios que se encuentran aqui, como si Cristo les estubiese agradeciendo, felicitando por su vida, por lo que hacen, por los folletos que reparten, por la comida que entregan y por la ropa de segunda que llevan a los horfanatos y por el tiempo que dedican a las obras de caridad, inclusive nos felicita por nuetro carácter y por la paciencia que tenemos al hacer las obras, bueno ¿qué podríamos pedir? nada, ya lo tenemos todo, la satisfacción de estar haciendo las obras para las cuales nos llamó Dios, suena bien verdad, hoy mucha gente se encuentra en este momento, he visto con mis ojos, que visitan a las viudas, dan de comer al necesitado, reparten folletos los sabados y fiestas de guardar, hacen ayuno, dan a otros lo que les sobra, oran por aquellos que estan en necesidad, y saben que son aprobados por Jesús, saben y declaran a quien quiera escucharles, que lo único que falta es que se tomen su Red Bull y con sus alitas se van al cielo, pero aqui viene la segunda parte, «Tengo una pequeña cosa contra ti, que has dejado tu primer amor», Y nos recuerda, si a mi y a ti también «Recuerda por tanto de donde has caído, arrepiéntete y haz las primeras obras pues si no te arrepientes pronto, vendré a ti y quitaré tu candelero de su lugar», Si mi hermano, luego que leíste la primera parte y se te hincho el cuello de la vanidad, ahora que escuchas estas palabras, dices, aqui hay algo que anda mal, y no piensas en ti, sino de que Dios se ha equivocado y que a Juan se le cruzaron los chicotes y escribio una cosa por otra, pero no, escuchaste bien, haz perdido tu primer amor. Aquí es donde muchos de nosotros nos nos damos cuenta de la realidad, seguimos en nuestra posición, seguimos haciendo lo mismo creyendo que Dios nos viene apoyando y nos viene diciendo de que estamos haciendo la obra, es cierto estamos haciendo la obra pero ya no la obra de Dios, sino nuestra propia obra, porque Jesús te dice, es cierto de eres trabajador, pero ya no tienes intimidad conmigo, ya tus oraciones, más parecen reclamos de sindicato, que tus ayudas, son para que te agradezcan a ti, de que el bien sin mirar a quien, es solo un sueño, solo haces bien a aquellos de los cuales vas a sacar algun beneficio, que ha pasado, simplemente, la razón por la cual llegaste a los pies de Cristo ya se esfumo, ahora es simplemente una rutina, el cumplir, el llegar, el hasta llorar, pero ya no hay ese fuego de hace años, en donde la busqueda se convertia en tu pan diario, ahora esta, mi casa, mi trabajo, mi familia, y es cierto que tu familia es importante, pero no para ponerla de pretexto a la hora de que tienes que reunirte con Jesús, porque no eres asi cuando tienes que pedir para la renta, por sanidad, por cualquier cosa que necesites, pero pasada la tormenta, solo te acuerdas de El para decirle, lo siento Señor pero hoy por hacer la obra no puedo reunirme contigo, nos vemos en el servicio, y en qué quedo eso de que El es lo más importante de mi vida, Si El esta a la puerta y llama, y nunca te encuentra, estas ocupado repartiendo folletos, y muchas veces haciendo cosas en el nombre de Jesús a las cuales El no te llamó, o lo que es peor mientras estas en la iglesia haces la obra, pero en el trabajo, en Su nombre, mientes, lloras, engañas, haces drama, como si Dios no te estuviera viendo, pero nos preguntamos, ¿Cómo me puede decir que he perdido mi primer amor?, muy fácil, porque te vienen interesando las obras más que Dios, aunque digas que en Su nombre lo haces, dime, Dios te mando a hacer escuela dominical, te mando a hacer teatro, te mando a hacer escuela de musica, escuela para panderos, instituto bíblico, guarderia, a tratar de abrir una universidad cristiana, a poner una cafeteria cristiana, a poner una libreria, pedir para construir el segundo piso de un edificio en donde los jovenes puedan celebrar Hallowing, y lo alquiles para fiestas los fines de semana, a hacer cruceros por el Cáribe para que la unción de Dios te llene, a llevar de viaje a los niños para que sean felices, a sentar en un lado a los hombre y al otro las mujeres, te mandó a que si no vienes en traje de saco y corvata no puedes enseñar, de que las mujeres sin velo son herejes y prostitutas, y no tienen derecho a predicar la Palabra de Dios, a poner a cualquier neofito a enseñar y a llamarlo maestro, a que si gritas que doy la vida por Jesús ya lo quieres canonizar, pero quieren ofrenda para hacer crecer el ministerio, ¿A qué te mandó, Jesús? Sabes a qué, te lo voy a gritar en el silencio de la noche: a hacer discípulos, a enseñar Su Palabra en todos los confines de la Tierra, y que hemos hecho, empezamos a creer en los números, de que la iglesia más grande es la más ungida, a que el edificio más hermozo es donde se encuentra Jesús, y es allí en donde se verán prodigios y maravillas, en donde si te caes o bailas al pasito tum tum, es porque la presencia de Dios es palpable, y aún decimos ¿qué no hemos dejado nuestro primero amor?, recuerdas cuando al principio pasabas horas en Su presencia, hoy pasas de largo, recuerdas cuando por las mañanas te levantavas a orar, hoy te levantas a ver el partido, recuerdas cuando entre lagrimas entregabas tus cargas a El con la confianza de que perdona tus pecados y te reconforta, pero hoy te crees limpio y sin mancha y no necesitas el poder sanador de Dios, y aún creemos que no hemos dejado nuestro primer amor, mi amigo y amiga, volvamos al principio, sabiendo de donde hemos caído, sabiendo en dónde el Espíritu Santo dejó de caminar con nosotros, algunos no se dan cuenta, otros, simplemente se han acomodado a vegetar, creyendo que todo lo que se hace es en el nombre de Dios, quizás si, pero la obra ya no es de El.

Tanto tiempo perdido, tantas almas extraviadas, tanta gente que se ha ido de la iglesia herida, enferma, lo mas triste, queriendose alejar de la iglesia, para no encontrar mas cristianos iguales, Señor ¿porqué tanto dolor?, y todo por creer que somos los salvadores del mundo, sin darnos cuenta de que sin El ni siquiera nosotros podemos salvarnos a nosotros mismos.

Los dejo con una pregunta, aunque por fe será su respuesta, ¿Cree usted verdaderamente, tal como es, tal como se comporta, tal como habla, que Dios le dira, en lo poco fuiste fiel sobre mucho te pondre, pasa al cielo Hijo mio?, se lo dejo de tarea.

A %d blogueros les gusta esto: