La iglesia de Dios

El honor más grande para todo cristiano es servir a Cristo, servir a la iglesia de Cristo, esto para usted y para mi debe ser lo más importante y todo un honor. Pero mi hermano usted debe empezar por concocer los principios bíblicos para poder hacer esa tarea, ahora para que todos podamos aprender le digo que tenga su Biblia a la mano, de pasada un papel y un lápiz para tomar sus apuntes, yo se que tiene buena memoria, y un excelente sentido de recordar todas las cosas, por lo tanto espero que recuerde donde dejo su Biblia desde el domingo pasado que la llevo a la congregación y tome asiento, tomese un  café y empecemos.

«Edificaré mi iglesia» (Mateo 16:18).

Este punto es importante, mi hermano solo Dios edificará la iglesia, Su iglesia, y nosotros no podemos competir con Dios, ni tampoco darle una ayudadita, nosotros, líderes, evangelistas, pastores y maestros hemos venido incorporando métodos y formas para hacer crecer las iglesias, desde aquellos que quieren repetir el método de tener 12 líderes para que hagan la obra y empezando a reproducirse como si la iglesia de Jesucristo fuera un vulgar y triste negocio, en donde usted tiene doce y esos doce sus doce y esos otros sus doce, y quiere sacar demonios hasta de los armarios, sin entender que lo que debemos de hacer es discípulos y predicar la Palabra a tiempo y fuera de tiempo y que Dios traera a la iglesia a los que serán salvos, y es que muchas veces queremos meter gente a la iglesia a como de lugar, sin interesar que es de Dios y que no lo es, lo importante son los resultados y creemos que en 40 días si nos lo proponemos, podremos hacer hombres y mujeres entregadas a Dios, sin pensar que solo el Espíritu Santo tiene el poder de transformar las vidas de cada uno de nosotros.

«Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre» (Hechos 20:28).

Aqui debemos de entender que el dueño de la iglesia es el Señor y no nosotros, pero muchas veces creemos que es al revés, los pastores o líderes de las congregaciones creemos que somos los dueños de la iglesia y como tal actuamos, damos y ponemos las normas que nosotros queremos y sobre todo lo que se debe y no debe hacerse en medio de la congregación, (con la frase celebre «me lo dijó el Señor», o es que El lo ha puesto en mi corazón y me trajo una paz, sin darse cuenta de que esta en Bolivia), por lo cual debemos entender que nadie solo Jesús es el dueño de la iglesia y que para poder verdaderamente apacentar la grey, debemos conocer las normas escritas en el manual dado a nosotros por el Espíritu Santo, pero un conocimiento real, escudriñando y teniendo los oídos abiertos a la verdad, no a la nuestra, sino a la verdad de Dios para nosotros, por eso vemos que cuando cerramos nuestros oídos y no somos sensibles a escuchar la voz de Dios, tenemos congregaciones estancadas y que no solamente no crecen en número sino sus propios miembros a pesar de los años siguen tomando leche y haciendo tertulias y actividades que nada tiene  que ver con la Palabra de Dios, Parece que se predica la Palabra de Dios pero solo son placevos temporales y palabra que no nutre, y a pesar de los años siguen sin entender los principios del cristianismo. Pero la sordera se hace mas aguda cuando son los líderes quienes cierran sus oídos a la verdad.

«Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra» (Mateo 6:10)

Aquí mi hemano en la iglesia es donde Dios quiere que se haga su voluntad, ojo mi hermano en la iglesia, o sea en usted y en mi, no en el templo, sino en la vida de cada uno de aquellos que nos autoproclamamos cristianos, ¿cómo? bueno aquí empezamos con problemas, Jesús es el verdadero pastor y dejó la Palabra a sus siervos para que la cumpliesen, pero no de una forma llamemosle «como nos convenga y cuando nos convenga». No hay terminos medios o se hace o no se hace, no esto si y aquello no, es total, o la cumplimos o no, pero en nuestros tiempos han querido y algunos han logrado cambiar las cosas, y han hecho creer a muchos de que nosotros somos los que dictamos la voluntad de lo que se debe y no debe hacer, hasta tenemos la desfachatez de decirle a Dios qué tiene que hacernos nuestros milagros (tu lo prometiste, le decimos y hasta se lo sacamos en cara) por muy espirituales que estos parezcan, y algunos evangelistas hasta le cuentan a Dios para que haga nuestra voluntad. Yo soy su ayudante, yo soy su siervo y el siervo o esclavo (que en otro post hablaremos del esclavo) solo tenemos derecho a hacer lo que nuestro Señor nos manda.

«Las puertas del Hades no prevalecerán contra ella» (Mateo 16:18)

Por más de 2,000 años la iglesia ha recibido toda clase de ataques, pero mi hermano, nada ha podido vencerla ni destruirla como Satanás ha intentado en innumerables veces, pero sabe mi hermano hoy han cambiado las cosas, porque creemos que somos nosotros los que hemos hecho prevalecer la iglesia con nuestros ministerios, le voy a decir una palabra dura, a nadie le importa tu y lo repito tu o mi ministerio, si por mas de 2,000 años la iglesia verdadera de Jesucristo ha vivido sin TU o MI ministerio, lo puede hacer por miles de años más, entonces no es cuestion de levantar el minsiterio de tal o cual pastor o evangelista o cantante, es levantar la iglesia de Jesucristo, predicando la verdad del evangelio. No se si usted ha visto pero hay evangelistas, profetas maestros y pastores que oran y en medio del pulpito dice «Yo te pido, Ahoraaaa» y Dios corriendo debe hacer lo que se le pide, (¿qué es eso?) como otros le cuentan, «uno, dos, tres, que se haga» Dios mio perdónalos porque no saben lo que hacen, si mi hermano, hemos creído que ahora nosotros tenemos el control de todo y eso es idolatría y es de Satanás, si Dios es el dueño de la iglesia, sus siervos, o sea nosotros debemos de hacer primero lo que dice el amo, para ello debemos conocer sus normas escritas en Su Palabra, pero si al leerla, para nosotros solo es letra, y nos hay revelación por medio del Espíritu Santo, es cuando nos ponemos a formular credos y creencias con las cuales ganamos el favor de la gente y el aplauso de la multitud, pero hay una diferencia entre la multitud y los discípulos. ¿usted lo cree? veremos.

«Para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y valuarte de la verdad» (1ra. Timoteo 3:15)

Querido hermano, tengo la tristeza de decirle que el día de hoy en muchos lugares no se proclama la verdad, se habla de un evangelio diluido, anorexico, en donde muchas veces ni del pecado se predica, en donde todo es bendición, en donde Dios te dara todo lo que le pidiereis, en donde debes ser positivo, en vez de arrepentirte de tus pecados, en donde debes orar por lo que quieres en vez de orar para que la voluntad de Dios se haga en tu vida, las verdades de Dios han sido transformadas, donde aparecen falsas doctrinas como si la risa fuera la relación que uno debe de tener con el Espíritu Santo o de que aparecen profetas de algún supuesto Dios, que ni la Biblia conocen, solo porque alguien les dijo o se autoproclamaron, pero sabe mi hermano, no vaya porque su mamá le dijó, ni hable porque su abuelito le dijó que hablase, vaya y hable porque Dios lo llamó, pero el profeta de Dios que tiene una vida entregada al servicio de su iglesia, y que es a esa iglesia a la que se debe enseñar la verdad escrita en Su Palabra.

Aqui nos quedamos por unas horas, vamos a seguir, pero mi hermano quiero dejarle una historia, a mi me encantan las historias y esta no recuerdo donde la leí o escuche:

Un hombre cansado de ver que las cosas en el mundo caminaban mal, las guerras entre países, las luchas, por una supuesta democracia, las muertes de inocentes, la crisis económica y tantas cosas que suceden todos los días, se sentó y decidió hacer algo para cambiar al mundo, y puso todo su esfuerzo en ello, conferencias, organizaciones y recorrio el mundo tratando de ayudar a que todo cambiara, pasaron los años y se dio cuenta de que era una tarea demasiado grande y decidió  enfocarse en su país, para lo cual nuevamente puso todo aquello con lo que contaba y quería asi dar ejemplo a su familia de que se podían hacer grandes cosas, paso el tiempo y la obra ni siquiera era tomada en cuenta, entones volvio a sentarse y decidió de que aún su país era muy grande y empezó por su ciudad, pasaron los años, viejo y cansado, casi abandonado por su familia a la cual descuido por luchar por cambiar al mundo, se dio cuenta de algo que cada uno de nosotros debemos llegar a entender, antes de querer convertir a la gente, antes de orar por los demás, antes de querer levantar un ministerio, este hombre dijo «Si hubiese cambiado YO, quizás por mi testimonio hubiese cambiado mi familia, y por ellos mi ciudad y por mi ciudad mi país, pero me dedique a querer cambair a otros en vez de rendirme yo a los pies de Jesucristo, hoy viejo y por entregar mi alma he perdido el tiempo, en vez de servir al Señor, y de ser feliz con mi familia. Usted y yo debemos de entregarnos verdaderamente a Cristo, no es el tiempo que me quede libre lo dedicare a Ti, es: mi vida te pertenece, cambiar nosotros, primero y después ir a la guerra, nadie construye una casa sin tomar en cuenta el costo, pero todo empieza en nosotros, oremos para que la voluntad de Dios se haga en usted y en mi y por medio de nosotros y digamosle, aquí estoy yo, yo me pongo en la brecha, yo ire, enviame a mí.

Nos vemos cambiemos nosotros, usted y yo para que otros al ver el verdadero testimonio de nuestra vida, deseen también tener lo que nosotros tenemos, pero recuerde, otros lo miraran a usted, no es esa frase celebre que dicen algunos «No me mire a mi, vea a Jesús» SI, yo lo mirare a usted porque si es un líder debe ser ejemplo a seguir, recuerda esta frase de Pablo, «no me miren a mi, vean a Jesús que vive en mi» ahí esta todo, que el Jesús que vive en usted sea al que vemos, pero en usted, ahora viene la pregunta ¿Jesús vive en usted?, nos vemos y bendiciones.