Mis queridos amigos, bienvenidos y nos volvemos a encontrar en este su blog para poder nuevamente conversar con una traza de cafe y pasar un buen tiempo, sabe mi amigo siempre le digo que corra por su Starbucks, busque un tiramizu y corra por su Biblia, esta vez no será la excepción, sé que se nos ha olvidado nuevamente donde dejamos la Biblia desde la última vez que la agarramos y vimos de que no se nos había perdido solamente estaba guardada en el rincón del recuerdo, pero en fin ya con ella podemos empezar a conversar.
Bueno mis queridos hermanos y hermanas, en las últimas semanas he meditado fuertemente (aunque usted no me crea) con lo que venimos enseñando en las congregaciones y sus resultados entre los miembros, sabe, cada vez me siento más preocupado, (ya sé que no sucede en todas las congregaciones, hay honrrosas excepciones), hemos venido convirtiendo el pulpito en un lugar en donde el mensaje no es el verdadero sino métodos revolucionarios para convertir la casa de Dios en un lugar en donde aparte de tener el cliente la razón, hablamos de las emociones, fomentamos las experiencias, gritamos los testimonios de hombres y mujeres que creen que si no hay milagros es que no esta Dios, de que te ha hecho el milagro de curarte la gripe pero te ha dejado la diabetes o el cancer, testificamos de todos los milagros que Dios nos ha hecho desde que nos convertimos en cristianos, pero aún no podemos reunirnos con El a orar y de que creemos que porque llevamos la Biblia el día de servico y llegamos temprano y escuchamos todo el sermón ya nos podemos considerar unos tremendos líderes de Dios, (como dijo alguien por allí), de que damos gracias a Dios por nuestro ministerio sin darnos cuenta de que nada nuestro tenemos y de que por más de dos mil años, la iglesia de Jesucristo ha sobrevivido sin nosotros y lo puede seguir haciendo igualmente sin nosotros, y quizás avance más que con nosostros, de que para sentir a Dios debes de caerte, de que la risa santa, el vomito santo, las correderas por el pulpito, los saltitos y las lenguas de «Rambo saca la bazuca» y otras cosas un poco esotéricas, deben de suceder para que Dios este en medio de su pueblo, pero lo triste es que nosotros: pastores, maestros, profetas, evangelistas somos los que fomentamos estas cosas que muchas veces se vuelven el diario vivir de nuestras congregaciones.
Entonces ver todo esto cada día en nuestras congregaciones, va formando personas que me hacen volver a pensar en lo que una familia me dijo hace un tiempo, Si los cristianos son así: !Yo no quiero ser cristiano!, ahora usted dira y se preguntara con toda razón ¿porqué? porque formamos personas que al saberse hijos e hijas del Altísimo se creen con derecho a todo, esta familia me comentaba que rentaba un cuarto en la casa de una familia cristiana, y me decía: son bellisímas personas, cuando uno les dá el !Amén!, pero cuando las contradice o cuando uno no hace las cosas como ellos quieren o no salen las cosas como ellos quieren, entonces se transforman y parecen salidos de una película de terror, aún después de que se les explica vuelven a la pasividad de antes y al encanto hasta que se vuelva a desencadenar la tormenta y volvemos a los dramas de costumbre, entonces ¿cómo puedo decir que ser cristiano me cambiara la vida? si por años ellos son así, o ¿es que no son cristianos?, pero los veo mentirosos, tratan de aprovecharse de los demás, son medio tranzas, pero el domingo levantan las manos y dicen que vienen alabando a Jehová, de las bendiciones que han recibido, pero su vida no solo no cambia sino cuando regresan a casa viven tan desordenadamente como cualquier persona que no cree en Cristo, van a la tienda y se pelean por la carne, por los precios y si no les dan como ellos quieren, lo dejan y se enojan y gritan e insultan y tratan mal a la gente, se enojan hasta la ira cuando alguien no les da el vuelto de un pennie en alguna compra, pero siempre estan llorando para que les rebajen lo que compran, (lo cual es cierto, a mi me consta, hay cada hermanito que se gasta cientos de dolares en comprar algo, pero no deja ni un dolar de propina cuando sale a comer a la calle y encima exige un buen servicio porque es hijo del Rey y se merece todo por su linda cara), pero luego lloran diciendo lo que Dios viene haciendo y lo maravillosa que es la vida crisiana, !Así no creo que sea la vida cristiana!, pero es lo que me encuentro cuando llego a la congregación, lágrimas, llantos, testimonios, supuestos milagros, pero vidas que nada tienen que ver con la Biblia. Ahora usted dirá: no todos son así, y es cierto, pero sabe mi hermano hay algo de verdad en todo ello, muchas veces no hemos rendido todo nuestros pensamientos y nuestro carácter, no nos podemos humillar porque nuestro orgullo es demasiado grande, recuerdo que escucho siempre por allí !Tremendo servicio, verdaderamente la Palabra del domingo me ha hecho entender esto
y aquello!, pero como siempre digo, la emoción termina cuando se acaba el servicio o en último de los casos cuando la emoción se desvanece y hasta el próximo domingo en donde volvemos a sentirnos cristianos y volvemos a prometer, pero nuestro caracter no cambia, seguimos viendo a los demás como sirvientes que deben de hacer lo que nosotros queremos y cuando y como nosotros queremos, mi amigo, no le llamo hermano o hermana por que no lo son, tan solo puedo repetirles lo que Jesús en su caminar por la tierra lo dijo: No os conozco, apartaos de mi hacedores de maldad!.
Entonces mis amigos, ¿qué nos ha pasado?, muchas cosas, pero algo importante, existe un total desconocimiento de la Biblia (la Palabra de Dios), estamos como los dirigentes judíos jamás prestaron atención a las instrucciones del Señor en contra del orgullo espiritual cuando predico «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación. Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados» (Mateo 5:3-6). Mi amigo aquí describe Jesús a gente que con estas actitudes están en el reino de Dios, no habla de los orgullosos, ni de los vanidosos, ni los que se creen que el mundo es de ellos y para ellos, sino de aquellos hombres y mujeres que su primer preocupación es servir a Dios. Habla de personas que tienen consuelo en todas las cuestiones importantes de la vida, y que pueden mirar adelante el día cuando herederán la tierra, y cada parte de las bienaventuranzas describe un aspecto de la humildad. Si tu verdaderamente te crees espiritualmente destituido y te das cuenta de que estas en una bancarrota espiritual, si te das cuenta de que no por lo que hagas, de que no hay nada que puedas hacer, no porque sirves en la iglesia, o porque cantas o porque enseñas o predicas o sirves en cualquier otro ministerio, tus meritos personales no te hacen avanzar un paso hacia el reino de Dios, no es por meritos, recuerda siempre esto: «Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador» (Lucas 18:13). Entonces mi hermano debemos de tener en cuenta de que los únicos que pueden reclamar la seguridad de llegar al reino de Dios son aquellos que humildemente se han abandonado a la misericordia de Dios, fueron limpiados de sus pecados y, por lo tanto, «descendieron a (sus) casas justificados», tal como Jesús describió al
publicano en Lucas 18:14.
Entonces mi amigo, ¿qué debemos de hacer? debemos tener en cuenta de que somos pecadores y como tales arrepentirnos y buscar de Dios pero humillados y entendiendo nuestra condición, ser humildes, y dejar el orgullo que nos encamina al valle de fuego. Y sabes mi amigo que aquellos hombres y mujeres que se han dado cuenta de que estan en una bancarrota espiritual «lloran» por sus pecados, entiendeme bien se dan cuenta de que han pecado contra Dios y eso les causa dolor hasta el llanto, de haber ofendido a Dios, causa tristeza, pena y llanto, es una agonía interior al ver que han ofendido a Dios lo cual causa el llanto, por lo cual seremos consolados por Cristo y El «enjugará toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron» (Apocalipsis 21:4)
Para ya irnos por el momento, mi querido amigo, «mi pueblo perece por falta de conocimiento» y es cierto, muchos cristianos no conocen a Dios, y mucho menos son estudiantes serios de la Biblia, por ello una vez más, tengo abierta mi invitación para reunirnos aquí en mi casa a estudiar la Palabra de Dios, ustedes líderes de Manantial de vida, os sigo esperando, yo pongo el café, los espero, bendiciones y nos seguimos comunicando, seguiremos en unas horas con otro tema de estudio y conversando con una taza de café. Bendiciones y nos vemos.