La presión del ministerio – Una obligación con Dios

Seguimos queridos amigos, hoy nuevamente volveremos a hacer los comentarios para hacernos pensar, es necesario que de cuando en cuando y mejor cada día podamos ponernos a pensar en lo que venimos haciendo y en la actitud que tomamos con respecto a nuestro caminar, en los próximos posts, seguiremos hablando del perdón y de lo que Dios quiere para su iglesia, asi como empezaremos un estudio profundo de las Escrituras en el libro de Romanos, espero contar con el compromiso de su asistencia. He venido observando que en las congregaciones de hoy, en muchas de ellas su principal preocupación son los estudios o predicas con respecto a las bendiciones, la prosperidad, el bienestar personal, de que Dios te quiere bendecir, de que pide y se te dará o toca y se te abrirá, sin darnos cuenta de que la cosa va por otro lado, muchos dicen que ores para que Dios te conceda las peticiones de tu corazón, como si Dios fuese el genio de la lampara y que con solo frotarla te dará tus tres deseos, no, mis hermanos, no es así, dice la frase completa, «deleitate en Jehová y El concederá todas las peticiones de tu corazón», entonces deleitate en Jehová es la clave, pero eso no significa que brinques, des saltitos, remolinees, o levantes los brazos y cantes, NO y mil veces no, el deleitarse no es estar feliz, ni contento ni siquiera dando de brincos en la congregación en medio de la alabanza, esto es algo mucho más espiritual, es deleitarse en su Palabra, hacer su voluntad o sea en otras palabras «vivir para y por Cristo» que es lo que verdaderamente trae el gozo a tu vida, luego viene el resto, eso es lo que pronto vamos a empezar a estudiar, por lo que preparese, ya viene lo bueno, y sobre todo lo que se necesita en la iglesia de hoy, para convertirnos verdaderamente en cristianos. Pero por lo pronto aqui les dejamos unos pensamientos.

LA PRESION DEL MINISTERIO

«El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero» (2 Timoteo 2:6)

Una persona que sirve de todo corazón estará contenta solamente con el fruto espiritual. Pero algunas solo estarán contentas con prestigio, aceptación o dinero.

En el pasado, Satanás ha tratado de poner ese pensamiento en mi mente. A veces ha tratado de ponerme a dudar de por qué me interesan las personas a quienes sirvo. Su propósito es asegurarme en el conocimiento de que soy salvo y voy al cielo, que se me paga bien en un buen trabajo con mucha seguridad. Pero esa es una mentira de Satanás.

Es fácil dejar que Sataná lo presione a uno hasta conformarse con menos de lo mejor de Dios. Cuando Satanás pone pensamientos como esos en mi cabeza, mi reacción es: No estoy contento con que se me tome en cuenta o se me aprecie. Lo que importa es llevar fruto. Haga del fruto espiritual el enfoque de su ministerio.

UNA OBLIGACION CON DIOS

«A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor» (Romanos 1:14)

Un joven me preguntó una vez qué me movtiva a estudiar semana tras semana. Le dije que a veces los pasajes bíblicos son tan estimulantes que no puedo esperar a que llegue el domingo para predicar. Pero luego hay otras veces en las que lucho contra las prioridades que desplazan mi tiempo de estudio, y entonces mi ministerio no parece tan emocionante. Tengo en realidad que abrirme paso a través de esos tiempos porque sé que tengo una deuda con Dios.

¿Qué sucede si veo que hay una casa incendiada, y las personas que están dentro no saben lo que está ocurriendo? No puedo pararme en la esquina y preguntarme si vale la pena que se salven. Como tienen necesidad y yo tengo la información que puede salvarlos, estoy obligado con ellos.

Si usted participa en el servicio cristiano solo cuando le gusta hacerlo, no ha aprendido la clase de servicio que Pablo escribió en el versículo que vemos. Cuando se enfrenta a un tiempo difícil en el servicio a las personas, a veces de lo único que puede depender es de su obligación con Dios.

Bueno mis queridos amigos, aquí nos quedamos, aún hay más tinta en el tintero por lo cual nos vemos muy pronto, siga con nosotros, bendiciones.