Profeta ¿quién, tú? no me digas

Regresamos mis queridos amigos, pero es que estudiando, empezaron a hablar de los profetas y preferí darle una buena mirada, para poder escribir algo y luego subir otra alabanza de nuestro servicio de ayer domingo 22 de Julio del 2012, amigos, y luego continuar con Nehemías, y es que una de estas tardes de aplanamieto de calles en nuestro caminar diario, recordaba lo que vivimos mi familia y yo en una congregación a la que asistimos hace unos años y que estaban no solamente cegados sino admirados e idolatraban a un profeta evangelista que nos visitaba cada mes y que a pesar de las advertencias, jamás quisieron darse cuenta de que sus enseñanzas siempre estaban dirigidas a la buena ofrenda que deberían de dar para levantar Su minsterio (el de él), y una vez y otra no se daban cuenta de que la Biblia habla al respecto, pero que la ceguera espiritual era y sigue siendo tan grande que aún siguen  adorando a su Dios moldeado por manos humanas. Por ello como en la foto, debemos caminar con nuestra armadura, pero de Dios para detener los dardos del enemigo, que a veces es nuestro propio desconocimiento de la Palabra de Dios y el enemigo se sirve de eso para embaucarnos.

«Se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán señales y prodigios, para engañar» (Marcos 13:22).

Ha habido falsos profetas desde principios de la historia de la humanidad (Deuteronomio 13:1-5), y siempre encuentran quienes los oigan. En su sermón del Olivar, Jesús advirtió: «Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre… y a muchos engañarán» (Mateo 24:4-5). Años después el apóstol Juan les dijo a sus lectores que «muchos engañadores han salido por el mundo» (2 Juan 7).

Los falsos profetas han disfrutado de algún grado de popularidad porque muchas personas no quieren oír la verdad. Así que Juan exhortó a todos los creyentes: «Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo» (1 Juan 4:1).

«Por sus frutos los conoceréis» (Mateo 7:16).

La característica más peligrosa de los falsos profetas es que afirman que son de Dios y que hablan en su nombre. «Los profetas profetizaron mentira, y los sacerdotes dirigían por manos de ellos; y mi pueblo así lo quiso» (Jeremías 5:31). Fíjese bien, el pueblo, nosotros, somos los que aceptamos que esto suceda y mucho es por desconocimiento o sea ignorancia de la Palabra de Dios, otras veces por intereses personales y otras por manipuladores de un pueblo que va como veleta de acuerdo a como se mueva el viento.

Tales líderes casi siempre parecen agradables y positivos. Les gusta estar con los cristianos, y saben cómo hablar y actuar como creyentes. Y sobre todo saben que con adulaciones, bendiciones, sermones y predicas que hablen de las buenas obras, del milagro, de lo que Dios tiene para todos sus seguidores, pues simplemente están felices y levantan las manos dando gracias por la persona que llegó a cubrir todas sus espectativas.

Por lo general los falsos profetas reflejan sinceridad y así engañan con más facilidad a los demás. (2 Timoteo 3:13), Pero usted puede identificar el verdadero carácter de los falsos maestros al observar de lo que no hablan mucho. Por lo general no niegan doctrinas fundamentales como la deidad de Cristo y el sacrificio expiatorio, el carácter pecaminoso de la naturaleza humana, o el que los incrédulos vayan al infierno. Sencillamente pasan por alto tales verdades «polémicas». Ponen una cara de santos y espiritualoides, que convencen a más de uno, pero exámine sus frutos y poco a poco se dará cuenta de que el león no es como se pinta.

Pero siempre que un falso profeta esté en medio de ustedes, no se puede pasar por alto su presencia ni los efectos perjudiciales de su enseñanza herética. Sobre todo luego de irse y el pastor o líder que se queda debe absorver todo lo perjudicial que dejó nuestro adorado invitado.

Por lo tanto hermanos y amigos, tened cuidado, porque hoy en día, abundan en las congregaciones, y encima recorren las iglesias dando su mensaje (porque no es el menasje de Dios) y recogiendo su ofrenda, por ello una vez más repito hasta la saciedad, compare todo lo que se diga con la Biblia, vea los frutos de los tales y los conoceréis, para acabar, les dejo una alabanza de nuestra iglesia Manantial de vida, levante sus manos y solamente alabe.

Bueno nos seguimos viendo y comunicando, pero por favor, tenga su Biblia a la mano si además puede contar con una hojas y un lápicero para notas mucho mejor, cuidese y bendiciones.

La presión del ministerio – Una obligación con Dios

Seguimos queridos amigos, hoy nuevamente volveremos a hacer los comentarios para hacernos pensar, es necesario que de cuando en cuando y mejor cada día podamos ponernos a pensar en lo que venimos haciendo y en la actitud que tomamos con respecto a nuestro caminar, en los próximos posts, seguiremos hablando del perdón y de lo que Dios quiere para su iglesia, asi como empezaremos un estudio profundo de las Escrituras en el libro de Romanos, espero contar con el compromiso de su asistencia. He venido observando que en las congregaciones de hoy, en muchas de ellas su principal preocupación son los estudios o predicas con respecto a las bendiciones, la prosperidad, el bienestar personal, de que Dios te quiere bendecir, de que pide y se te dará o toca y se te abrirá, sin darnos cuenta de que la cosa va por otro lado, muchos dicen que ores para que Dios te conceda las peticiones de tu corazón, como si Dios fuese el genio de la lampara y que con solo frotarla te dará tus tres deseos, no, mis hermanos, no es así, dice la frase completa, «deleitate en Jehová y El concederá todas las peticiones de tu corazón», entonces deleitate en Jehová es la clave, pero eso no significa que brinques, des saltitos, remolinees, o levantes los brazos y cantes, NO y mil veces no, el deleitarse no es estar feliz, ni contento ni siquiera dando de brincos en la congregación en medio de la alabanza, esto es algo mucho más espiritual, es deleitarse en su Palabra, hacer su voluntad o sea en otras palabras «vivir para y por Cristo» que es lo que verdaderamente trae el gozo a tu vida, luego viene el resto, eso es lo que pronto vamos a empezar a estudiar, por lo que preparese, ya viene lo bueno, y sobre todo lo que se necesita en la iglesia de hoy, para convertirnos verdaderamente en cristianos. Pero por lo pronto aqui les dejamos unos pensamientos.

LA PRESION DEL MINISTERIO

«El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero» (2 Timoteo 2:6)

Una persona que sirve de todo corazón estará contenta solamente con el fruto espiritual. Pero algunas solo estarán contentas con prestigio, aceptación o dinero.

En el pasado, Satanás ha tratado de poner ese pensamiento en mi mente. A veces ha tratado de ponerme a dudar de por qué me interesan las personas a quienes sirvo. Su propósito es asegurarme en el conocimiento de que soy salvo y voy al cielo, que se me paga bien en un buen trabajo con mucha seguridad. Pero esa es una mentira de Satanás.

Es fácil dejar que Sataná lo presione a uno hasta conformarse con menos de lo mejor de Dios. Cuando Satanás pone pensamientos como esos en mi cabeza, mi reacción es: No estoy contento con que se me tome en cuenta o se me aprecie. Lo que importa es llevar fruto. Haga del fruto espiritual el enfoque de su ministerio.

UNA OBLIGACION CON DIOS

«A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor» (Romanos 1:14)

Un joven me preguntó una vez qué me movtiva a estudiar semana tras semana. Le dije que a veces los pasajes bíblicos son tan estimulantes que no puedo esperar a que llegue el domingo para predicar. Pero luego hay otras veces en las que lucho contra las prioridades que desplazan mi tiempo de estudio, y entonces mi ministerio no parece tan emocionante. Tengo en realidad que abrirme paso a través de esos tiempos porque sé que tengo una deuda con Dios.

¿Qué sucede si veo que hay una casa incendiada, y las personas que están dentro no saben lo que está ocurriendo? No puedo pararme en la esquina y preguntarme si vale la pena que se salven. Como tienen necesidad y yo tengo la información que puede salvarlos, estoy obligado con ellos.

Si usted participa en el servicio cristiano solo cuando le gusta hacerlo, no ha aprendido la clase de servicio que Pablo escribió en el versículo que vemos. Cuando se enfrenta a un tiempo difícil en el servicio a las personas, a veces de lo único que puede depender es de su obligación con Dios.

Bueno mis queridos amigos, aquí nos quedamos, aún hay más tinta en el tintero por lo cual nos vemos muy pronto, siga con nosotros, bendiciones.