Amigos y hermanos que regresaron por aquí, bendiciones, volvemos a tocar el tema de la guerra, y es que en los últimos días he visto cada batalla de algunos hermanitos, que olvidese de la guerra de las galaxias, y como les dije en algún post anterior, busque debajo de la cama su resortera, agarre un par de sartenes para darle en los callos al diablo, y sobre todo agarre un par se cuerdas gruesas para atarlo y recontra amarrarlo, y por último su colaloca (super pegamento) para poder pegarlo a algún rincón en donde no haga daño, en su mochila de Bob Esponja, ponga su bola de boliche, su patita de conejo, la bola de billar y cuatro piedras si le da la onda de creerse David y ahora si preparados para la guerra, vamonos a Starbucks para tomarnos un buen café porque estamos haciendo disparates, y es que recuerdo que nos decían: 30 segundos de gritos para asustar al diablo, y como buenos gritabamos, ahora vamos a pisarle la cabeza al diablo y a saltar como haciendo la danza de la lluvia, vamos a atar al diablo, vamos a arrojarlo al fondo del abismo, no faltaban algunos pastores que caminaban con su gente al mar, simulando lo dicho, luego vamos a quemar nuestros pecados, y vamos todos a hacer nuestra fogata, no faltaba el hermanito que sacaba su carnita para un sanguchito, en fin miles de cosas y Satanás muerto de risa tan solo viendónos, y tranquilo, porque si nosotros estamos en esas cosas llamemosle espiritualoides, pues no somos contrincante, y se rie, se burla de los cristianos que aún creen que haciendo cosas para la gradería vamos a lograr algo, mi amigo, lea detenidamente y busque en su Biblia, si lo que hace es correcto, o no, ahora si quiere hacer ejercicio, bueno comprése los videos de zumba y bajamos todos de peso y sin tanto brinco desorganizado, en fin empecemos seriamente.
¿Qué es guerra espiritual? Es una guerra de proporciones universales entre Dios y su verdad, y Satanás y sus mentiras. Es una batalla de voluntades entre Dios y Satanás. Es un conflicto cósmico que involucra a Dios y a la criatura de más envergadura que jamás haya creado, y se filtra hasta llegar a todo ser humano. Satanás y su ejército de demonios están peleando con Cristo, sus ángeles santos, la nación de Israel y los creyentes. Las líneas de batalla están claramente demarcadas. En Colosenses 1:13, Pablo dijo que Dios “nos ha librado de la autoridad de las tinieblas y nos ha trasladado al reino de su Hijo amado”. La salvación trae verdadera liberación y protección en contra de Satanás. En Romanos 8:37, Pablo dijo que somos más que vencedores por medio de Cristo. En 1 Corintios 15:57, dijo que Dios nos da la victoria. En 2 Corintios 2:14, dijo que Dios siempre nos lleva al triunfo. En 1 Juan 2:13, Juan dijo que hemos vencido al maligno; y, en 4:4, dijo que el Espíritu Santo viviente es mayor que Satanás. ¿Cómo puede alguien afirmar estas gloriosas verdades y sin embargo creer que los demonios puedan habitar en los creyentes genuinos? Muchas de las destacadas voces en el movimiento de guerra espiritual de hoy en día se apresuran en aclamar toda declaración de fe en Cristo como prueba de salvación. Esto refleja la creencia fácil que ha terminado con esta generación. Un entendimiento bíblico completo de la doctrina de la conversión hace evidente el hecho de que los demonios nunca pueden morar o poseer a un creyente. Jonathan Edwards escribió lo siguiente acerca de la verdadera conversión:
La Escritura describe a la conversión en términos que implican o indican un cambio de naturaleza: Nacer de nuevo, transformarse en nuevas criaturas, resucitar entre los muertos, renovarse en el espíritu de la mente, morir al pecado y vivir para la justicia, despojarse del viejo hombre y vestirse del nuevo, ser participantes de la naturaleza divina, etc.
En consecuencia, si no hay cambio real y duradero en la gente que piensa que se ha convertido, su religión no vale nada, cualesquiera sean sus experiencias. La conversión es un cambio completo de dirección del hombre desde el pecado hacia Dios. Dios puede refrenar el pecado en la gente no conversa, por supuesto, pero en la conversión él cambia el propio corazón y la naturaleza de ellos desde el pecado a la santidad. La persona conversa se transforma en enemiga del pecado. ¿Qué podemos entonces decir de la persona que declara que ha experimentado la conversión pero cuyas emociones religiosas se desvanecen con rapidez, dejándola prácticamente igual a lo que era antes? Se le ve tan egoísta, mundana, necia, perversa y no cristiana como siempre.
Eso habla en su contra mucho más que lo que cualquier experiencia religiosa pueda hablar de ella. En Cristo Jesús, ni la circuncisión ni la incircuncisión, ni la experiencia dramática ni la silenciosa, ni un maravilloso testimonio, ni uno aburrido cuentan para nada. Lo único que cuenta es una nueva creación.
Por todo lo anterior mi amigo, hermano, visitante, pastor o líder, la pregunta final o para empezar sería: ¿es usted verdaderamente cristiano? ¿verdaderamente ha recibido a Jesús en su corazón? o para ponerla más díficil: ¿es usted esclavo de Jesucristo?, dependiendo de esa respuesta es la guerra espiritual, si usted no es esclavo de Jesucristo, el que vive de acuerdo a la voluntad de Dios, entonces mi amigo, no intente hacer liberación, porque el único que se saldra es usted.
Cristiano, eso solamente, hoy recuerdo a un historiador cuyó nombre no recuerdo, pero decía, luego de los golpes, luego de las torturas, cuando los sentaban en un hierro caliente, luego de todo, ellos les preguntaban ¿quienes erán? la respuesta una y otra vez era: «soy cristiano», «soy cristiano» los tirabán a los leones para que fuesen sus cuerpos destrozados, y una y otra vez su respuesta en la agonía era: «soy cristiano» su nombre, su lugar de procedencia, todo su ser era de que es cristiano, lo más importante, era seguir a Jesús, no interesa la vida si sabes a donde te diriges, no importa tu procedencia cuando sabes que eres del cielo, no importa la vida si cuando la pierdes la vas a ganar, entonces mi hermano, debemos enseñar la verdad y ponerla por obra, díficil, claro que lo es, y cada día que me despierto y doy gracias, me es díficil, porque aún vivo en este cuerpo carnal, pero debemos proseguir hasta llegar a la estatura de Cristo, pero en el tiempo de caminar es aprender la verdad y enseñarla, para que otros también puedan llegar a entender que el camino a la exaltación es la humillación, sabiendo sobre todas las cosas que los verdaderos cristianos somos simplemente esclavos de Jesucristo. O por lo menos morimos en el intento.
Les dejo un video de una alabaza de nuestra iglesia «Manantial de vida» (aunque por lo que aquí escribo, quizás y solo quizás, pronto me inviten a despedirme de ellos, en fin asi es el fútbol, no podemos agradar a todos, con tal de que agrademos a Dios (espero) es suficiente), levante sus manos y alabe al Señor con nuestro canto de guerra.
Bendiciones y recuerda la Biblia nos dice resistid al diablo y huirá de vosotros, porque aunque lo ates con nudo de pescador, se te desata. nos vemos al rato.