Dios habla, por medio de Su Palabra (la Biblia)

Capuchino appleMis amigos, volvímos, ya estamos aquí nuevamente y volveremos a conversar de un tema interesante, «Dios me dijo… ups, perdón me equivoque» y es que hace unos momentos estaba pensando (si, yo pienso, no son ideas, son pensamientos), en que en nuestras congregacione siguen apareciendo los iluminados que traen cada cual una profecía, tras otra de las más estereotipadas, o sea para agarrarse y jalarse los pelos por lo que dicen, pero bueno mis queridos amigos, volvamos por un Starbucks, sigamos por un pan con palta o si quiere un Tiramizu, por último recuerde donde dejo su Biblia desde el domingo pasado que fue a la congregación y sentadito en su sillón preferido, empecemos a conversar, este como muchos es un post de conversando con una taza de café, entre amigos o conocidos, sentados intentado conocer un poco más acerca de la Palabra de Dios y sobre todo saber que sucede dentro del pueblo que se supone es de Dios y si estamos caminando por el camino que Jesús nos marcó.

Bueno mis queridos amigos, desde el tiempo de los apóstoles hasta el presente, la verdadera iglesia siempre ha creído que la Biblia está completa. Dios nos ha entregado su Palabra, su revelación y la Escritura está completa. Dios ha hablado. Si usted recuerda siempre nos han dicho que la Biblia es completa, eficaz, suficiente, sin error, infalible y tiene autoridad, la autoridad de Dios, los intentos de añadirle algo a la Biblia, ahora quiero que usted por favor entienda bien, muchos herejes y todas las sectas que existen siempre han alterado la Palabra de Dios, esta es una de las características principales existentes desde tiempos remotos hasta la actualidad, pero eso no debe de ocurrir entre aquellos que nos llamamos cristianos. predicar 001Pero parece que ocurre.

Logicamente mi amigo, si usted pregunta, todos tendran la misma respuesta, «nosotros no hemos alterado nada de la Palabra de Dios, solo que tenemos nueva revelación», y volvemos a los mismos problemas, la Biblia es un libro de Dios cerrado, muchos aún sin quererlo están tratando de añadirle algo a la Palabra de Dios, vienen con las profecías, los dones de profecía, o el manto profetico y la revelación, pero mi amigo al añadirle algo, estan menoscavando la autoridad de Dios. La nueva revelación, los sueños y las visiones son considerados, son ligados (añadidos) a la Palabra de Dios como lo son Romanos, o Juan. Aunque muchos dirán que es revelación, interpretación, pero, es una línea tan delgada la que los separa de añadidura, que muchos no se dan cuenta cuando la traspasan, el problema es que una vez traspasada, ya es más díficil regresar, porque una cosa lleva a la otra y al final terminamos creyendo que Dios me dijo es el pan de cada domingo.

Debemos darnos cuenta de que debemos poder distinguir entre la voz de Dios y la voz humana, esto es importante para poder notar la diferencia entre lo que es de Dios y lo que son doctrinas falsas, que empezaron bien, como lo hacen muchas congregaciones, pero que en el caminar empezaron a añadirle cosas a la Biblia que verdaderamente en el día de hoy han confundido a la gente, debemos entender que una de las cosas que nos manda la Palabra de Dios es saber diferenciar, la verdad de la mentira, si trastornamos la singularidad de la Biblia, no tendremos manera de distinguir la voz de Dios de la de los hombres, si cada domingo a algún iluminado se le ocurre levantarse «Y asi dice el Señor…» o «Dios me dijo….» entonces venimos agregándole tantas cosas a la Palabra que verdaderamente deberíamos ser detruídos, porque «no le puedes ni añadir ni quitar, ni siquiera una tilde a este libro de la ley». Mi hermano el papel del Espíritu Santo es llenarnos de poder para predicar, enseñar, escribir, hablar, testificar, pensar, servir y vivir. El nos guia a la verdad y nos dirige a la voluntad de Dios para nuestras vidas, pero lo hace dentro de la Palabra de Dios, pero no fuera de ella. Ser lleno del Espíritu Santo y hablar unos a otros con salmos e himnos espirituales no es lo mismo que ser movido por el Espíritu Santo a escribir o decir escritura inspirada, ¿no lo cree usted?. Y mi hermanito o hermanita, muchas veces de manera imprudente e indiscriminada en que tantas profecías cuestionables bíblicamente son aclamadas como verdad de Dios, y esto se debe a que no escudriñamos las Escrituras y aceptamos todo lo que se dice desde el pulpito como una verdad que no necesita ser examinada a la luz de las Escrituras, y esto es un error.

Biblia 33Sabe mi amigo, ¿cómo discernir a los falsos profetas? buena pregunta, a mucha gente no le gusta esta pregunta, ni siquiera pensarla, primero porque los profetas o profetillas se enojan y empiezan a tirar maldiciones y a hablar de «no tocar al ungido» y cosas por el estilo, pero es necesario, porque «vendran lobros rapaces vestidos de ovejas». La única prueba de un verdadero profeta es la veracidad de sus profecías, ¿Cómo discerniremos la Palabra de que Jehová no ha hablado?, bien simple, cuando el profeta hable en el nombre de Dios y la profecía no se cumple ni acontezca lo que dijo. Le voy a hacer una pregunta que deseo que al responderla sea lo más honesta posible. ¿Cómo puede un mensaje genuinamente inspirado por Dios estar teñido de error o mentiras? La profecía inspirada por Dios tiene que estar al niveld e las Escrituras. Es la misma Palabra de Dios. Toda revelación profetica debe contener el «Así dijo el Señor…» La profecía revelatoria no es la opinión, ni el pensamiento ni el deseo por muy bueno que este sea, del profeta, esto no es adivinación, estamos tomando la Palabra de Dios, por lo tanto mi hermano es de una gran responsabilidad, no podemos decir alegremente, como dijo una exprofeta «Así dice el Señor, les desea Feliz Navidad y un feliz año nuevo, que todo sea felicidad y a triunfar», por favor, supuestamente el profeta se propone hablar por Dios, solo piense en esa responsabilidad y debe ser juzgado con la máxima severidad si profetiza falsamente, ¿usted no lo cree?, sino vea (Deuteronomio 3:1-5; 18:20-22).

Bueno mis amigos los dejo, ya hemos hablado bastante por el día de hoy, recuerden, hay demasiados profetas o profetillas, que toman el nombre de Dios en vano y para su propio beneficio, (el ego es demasiado grande para algunos), pero usted y yo debemos confrontarlo con la Biblia, verificar que sus profecías se cumplen por el bien de la iglesia de Jesucristo, los buenos deseos como ese que dice «Asi dice el Señor, esta congregación crecerá grandemente este año» hermanitos, eso son buenos deseos que los tienen usted y yo, no necesitamos que un profeta venga a desearnos eso y tome el nombre de Dios para decirnoslo, por ello, la Biblia que es un libro cerrado, o sea ya termiando de escribir, debe dirigir nuestras vidas y no las palabras de cualquier iluminado que aparece por allí, beuno bendiciones y nos vemos pronto.

Seamos siervos excelentes

Queridos amigos, seguimos, nuevamente nos volvemos a encontrar en este tu blog, sabes hace unos días conversaba con un pastor, que me dio una gran sorpresa, nos conocemos desde hace muchos años y no ha cambiado nada, sigue igual como cuando lo conocí, conversamos sobre lo que se a convertido la iglesia de hoy en día, que más preocupados están los pastores en que la gente no se vaya de la igelsia que en enseñar la verdadera Palabra de Dios, en donde de siervos hemos pasado a ser los amos, y con enseñarles cuatro versículos bíblicos diciendo que Dios nos los dió, ya la hicimos, pero mi amigo conversaba de lo que Dios quiere para su iglesia, y una vez más vi con tristeza, de que cuando los argumentos escasean, los pretextos sobran, en fin seguimos, aquí les dejo unos reglones de un pastor que sigue peleando para que la verdadera Palabra de Dios sea enseñada en cada congregación, en cada casa, que esto último ya se ha olvidado, parece que al no tener maestros formados para enseñar la Biblia, no queremos hablar de las reuniones de hogar, en fin hay que volver a los principios, en donde en las casas se partía el pan y se hablaba de las maravillas que la Palabra de Dios tiene para cada uno de nosotros. Pero me demuestra que la enseñanza ha decaído, ya no hay la formación de discípulos conocedores de la Palabra de Dios, así como tampoco hay ese hambre de aprender, y empezamos a fallar en nuestra encomienda, pastores, debemos preparar hombres y mujeres para la obra del ministerio, eso los convertira en siervos excelentes, que puedan expandir la verdad a toda criatura, de lo contrario nuestras congregaciones se verán estancadas y simplemente caminaran alrededor de la luz pero jamás se convertiran en ese faro que ilumina la vida de los demás.

Un siervo excelente es también un estudiante experto de las Escrituras: “Nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido”. Es triste decirlo, muchos pastores cristianos tienen un conocimiento mínimo de las Escrituras y muy poca dedicación a su estudio. Hubo un tiempo en la historia de la iglesia en el que los pastores eran los grandes estudiantes de las Escrituras y de la teología. Los ministros, más bien que ser solo buenos predicadores, eran ante todo y sobre todo estudiantes de la Palabra de Dios. Trabajaban diligentemente para entenderla, interpretarla y aplicarla con precisión y sabiduría.

La palabra griega que traducimos como “nutrido” es un participio presente pasivo, implicando que el ser nutrido con la Palabra de Dios es un proceso continuo de alimentación. Eso involucra leer las Escrituras, meditar en ellas, interactuar con ellas y estudiarlas hasta que usted ha dominado el material. Es esencial que estemos continuamente nutridos con las “palabras de la fe”. Esa frase se refiere al conjunto de la verdad cristiana en las Escrituras. Tenemos que conocer bien las Escrituras. Eso nunca lo vamos a conseguir del todo, pero debe ser nuestra meta. Tenemos que ser expertos en esa área, no simplemente buenos predicadores que hacen cosquillas en las oídos de las personas y las llevan a pensar que han escuchado algo que merece la pena (2 Ti. 4:3). Necesitamos interpretar con exactitud la Palabra de Dios y defenderla. No solo tenemos que nutrirnos directamente con las “palabras de la fe” sino también con la “buena doctrina”. La “buena doctrina” abarca la enseñanza de la verdad bíblica y la aplicación de sus principios. El crecimiento espiritual está basado en nuestras interacciones con la verdad bíblica.

1 Pedro 2:2: Crecemos espiritualmente al ir estudiando la Biblia.

2 Timoteo 2:15: Pablo dijo: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad”. Estamos llamados —por encima de cualquier otro elemento del ministerio— a ser estudiantes expertos de la Palabra.

Efesios 6:17: Tenemos que usar la “espada del Espíritu, que es la palabra de Dios”, con gran precisión.

Colosenses 3:16: Tenemos que tener la Palabra de Cristo morando abundante y profundamente en nosotros.

2 Timoteo 3:16-17: Puesto que la Palabra de Dios es “útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”, tenemos que conocerla a fin de poder capacitar espiritualmente a otros.

Para poder pensar y hablar bíblicamente, un pastor debe pasar buena parte de su tiempo interactuando con el texto de las Escrituras. Es un tesoro inagotable que demanda toda una vida solo para empezar a entender sus riquezas. No hay virtud en ser ignorante. Lamentablemente somos una generación de personas que no nos gusta pensar; preferimos ser entretenidos. No obstante, debemos dedicarnos al estudio, la comprensión y la expresión de la Palabra de Dios. Tristemente, hay muchos predicadores que no se deleitan en el estudio. Dedican una hora de vez en cuando, y a veces ni eso. Muchos tienen el estudio como una tarea poco apetecible que interrumpe un programa fácil de actividades. Les gusta tener invitados en su púlpito tantas veces como sea posible porque así no tienen que pasar tiempo estudiando, prefieren más la variedad de tareas y reuniones administrativas. El estudio mínimo que llevan a cabo produce sermones débiles que no sirven para penetrar en los corazones y mentes de los oyentes.

William Tyndale, el hombre que llevó a cabo la traducción del Nuevo Testamento a la lengua inglesa en 1525, se encontraba en la cárcel y se enfrentaba al martirio. Le escribió una carta al gobernador pidiendo que le enviaran las siguientes posesiones: Una gorra, un abrigo y una pieza de tela para remendar sus pantalones. Luego decía: “Pero sobre todo ruego y suplico e imploro que interceda con el intendente (comisario), para que amablemente me permita tener la Biblia hebrea, la gramática y el diccionario hebreos a fin de pasar mi tiempo estudiando” (J. E. Mozley, William Tyndale).

Entonces, ¿qué hacemos? seguimos como estamos o verdaderamente empezamos a escudriñar la Palabra de Dios, aquí hoy propongo a mi congregación, (yo sé que nos reunimos a estudiar la Biblia en el templo, pero habló de escudriñar, de buscar aquello que lo dice pero no está escrito, ver en mucha más profundidad) reunirnos un día con Biblia en mano, orar y empezar a escudriñar la Palabra, empezando por Romanos, (ya vimos el primer versículo en un post anterior, lealo, y ya vienen más) siguiendo con Efesios y así hasta terminar, pero comprometidos, no importa el tiempo, es mejor que nos llegue la muerte estudiando la Palabra que viendo al Chavo del 8, no llegar a lograr el milagro que queremos, ni cubrir la necesidad, sino a llenarnos de la Palabra, de lo contrario nunca podremos llegar a entender la verdadera voluntad de Dios, porque nos dedicamos a mirar superficial y de forma meramente material, o sea como satisfacer nuestras necesidades, pero a los pastores, maestros, profetas, ujieres, danzantes, directores de alabanza, a ellos me dirijo, a buscar a Dios, dando la milla extra, haciendo algo más que el simple cumplir, porque viene la pregunta del millón, si eres líder de algún ministerio, en el mes pasado ¿cuántas veces les has enseñado la Palabra de Dios a tu equipo?, no para que Dios te de las peticiones de tu corazón, sino para qué debes hacer para dar fruto, ¿cuántas veces has orado por cada uno de ellos?, no solo por sus necesidades, sino para que tomen su cruz y sigan a Jesús,  ¿cuánto tiempo te has dedicado a estudiar la Biblia en forma profunda y no solo para el sermón del domingo? puedes hacerte tu mismo otras preguntas más, pero la principal, ¿estas intentando ser un siervo excelente, cómo?.

Bueno mi amigo, sé que hablar así y en algunos casos ponerse una soga al cuello es casi lo mismo, pero sabe, si miento, llamenme al orden, y si no miento, pues avísenme, para empezar a reunirnos, pero a estudiar, a que en dos o tres horas le saquemos el jugo al tiempo y estudiemos la Biblia de manera exhaustiva (agarre su diccionario Bíblico, su concordancia y uno que otro buen comentario) y le aseguro que todos creceremos y podremos hacer la obra a la que Dios nos llamó, cuídense, aún hay verdaderos cristianos sueltos por allí, ojala nos topemos con alguno, nos vemos muy pronto.