¿Cómo es Dios? ¿Tú lo sabes?

Regresamos, mi amigo ahora agarre su Biblia, tenemos tiempo para leer y aprender un poco más, nos dieron en el trabajo, vacaciones obligatorias, por lo que nos dedicamos a estudiar, leer, mirar y escuchar, por lo que prepárese porque seguimos, ¿Usted sabe cómo es Dios? muchos dirán, !claro! como estamos espirituales, diremos, es el que me perdonó todos mis pecados, y me ha dado vida eterna, El es el que va a cumplir todas mis oraciones, es el que quiere traer paz a mi vida, y porque abrira todas las puertas, y me concedera las peticiones de mi corazón, es el que desea que todo me salga bien, sanará mis heridas, me hará prospero y cubrira todas mis necesidades, bueno mi hermanito y hermanita, si usted piensa así, es media verdad, pero tengo que decirle que se va a decepcionar, no es tan así como se lo han enseñado y a usted le a gustado creer, pero mis amigos, la Biblia dice otras cosas que es necesario que usted aprenda, ojo si tiene dudas, corra a su pastor, profeta, maestro, y preguntéle al respecto, pero si quiere leer le propongo un libro Cara a cara con Su majestad de John Macarthur.

Voltaire, el agnóstico francés, dijo cierta vez, irónicamente, que Dios creó al hombre a Su propia imagen y el hombre le devolvió el favor. «No sólo esto es típico de los hombres impíos», escribe un autor de comentarios, «sino que también muchos cristianos a menudo son culpables del mismo error». Por ser seres finitos, tenemos la tendencia de percibir el infinito a la luz de nuestras propias limitaciones. Aun la Escritura misma presenta la verdad en un lenguaje y pensamientos que se acomodan al entendimiento humano.

Pero aun cuando se nos dirija en esa forma, la Biblia también nos anima a ir más allá de nuestras limitaciones y tener pensamientos exaltados sobre Dios. «Es absolutamente esencial que nuestras ideas sobre Dios sean lo más exactas posibles con lo que El es en realidad. En lugar de ello, a menudo ponemos a Dios en una especie de caja -¡y la nuestra es increíblemente pequeña!-. Tenemos la tendencia de dejar que nuestra cultura, en lugar de nuestro Dios, determine nuestros valores. Estos valores influencian nuestros pensamientos acerca de Dios, y dan forma a la manera en que nos relacionamos con El en nuestra experiencia diaria» (Gregg Cantelmo, «Criminal Concepts of God», Masterpiece Sept./ Oct. 1989, p. 5).

La única manera de saber cómo es Dios, es descubrir lo que Él ha revelado acerca de Sí mismo en las Escrituras. La revelación de la naturaleza de Dios tiene distintas categorías de atributos, los cuales son definiciones de Su carácter. ¿Qué dice la Escritura acerca de Dios? Para empezar, en el sentido más amplio de la palabra, Él es incomprensible. Zofar expresó este hecho verdadero en su réplica errónea dirigida a Job: «¿Descubrirás tú las profundidades de Dios? ¿Alcanzarás el límite de la perfección del Todopoderoso? Es más alta que los cielos; ¿qué harás? Es más profunda que el Seol; ¿cómo la conocerás? Su dimensión es más extensa que la tierra, y más ancha que el mar. Si él pasa, y aprisiona, y llama a juicio, ¿Quién podrá contrarrestarle?» (Job 11:7-10). David lo dijo de esta manera: «Grande es Jehová, y digno de suprema alabanza, y su grandeza es inescrutable» (Sal. 145:3). Dios es infinito -y no hay para Él fin. Saber cómo es Dios es fundamental para conocer Su Persona; y conocerle es la esencia de la vida cristiana. El Apóstol Juan escribió: «Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado» (Jn. 17:3). Cuando la mayoría de la gente oye el término vida eterna, piensan en una vida que dura para siempre. Sin embargo, la Escritura afirma que más que eso, se trata de una calidad especial de vida para aquel que conoce a Dios. Trágicamente, muchos creyentes de hoy día tienen puesto su afecto en las cosas temporales de este mundo, cambiando su gran privilegio de conocer a Dios por las cosas mundanas. Dios mismo reprende esta clase de pensamiento cuando dice: «No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque en estas cosas me complazco, dice Jehová» (Jer. 9:23-24).

¿En qué se deleita el Señor? No en nuestra jactancia de la sabiduría mundana, ni en la habilidad humana, ni en las riquezas materiales. El se deleita en que le conozcamos. Debemos aprender a decir con David: «Oh Dios, mi Dios eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, cual tierra seca y árida donde no hay aguas, como te contemplaba en el santuario, para ver tu poder y tu gloria».

Por ello mi amigo y hermano, teniendo en cuenta lo que dijo David, no es cuestión de que Dios nos de el carro de nuestros sueños, ni el dinero, ni siquiera la salud, ni tu iPhone, ni tu iPad, mucho menos tu Mac book Pro con retina display, el viaje o inclusive el hombre o la mujer de tus sueños, es que te deleites, en buscarlo, que todo tu ser anhele encontrarlo, que puedas decir,  me deleito en la presencia de Jehová, no porque te va a hacer o te ha hecho un milagro, sino simplemente porque El es tu Dios, debemos llegar a ese nivel de cristianismo en donde lo único importante es Dios, búscalo, aprende de Su Palabra y sigue los pasos de Jesús, lo demás es lo de menos, y nos vemos pronto, deja un comentario, y sobre todo llega a conocerlo en toda su inmensidad, bendiciones, nos vemos luego.

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