Bueno mis queridos amigos, seguimos por aqui intentando buscar más de Dios y leyendo una vez más nuestra Biblia, que con el compromiso hecho con el pastor, hemos empezado a leer Mateo, y hemos vuelto ahora a darle otra leída con mayor detenimiento y sobre todo buscando la revelación y la Palabra que podamos compartirla luego con ustedes, por lo tanto, tenga un poquitín de paciencia y le daremos algún estudio en las próximas horas. Pero hoy que hace un poco de frio, con nuestro acostumbrado café, ya que sin café es imposible agradar a Dios, vamos hoy a conversar con respecto a la sabiduría que debemos de tener los cristianos con respecto a ciertos versículos que al leerlos creemos que ha llegado navidad y debemos presentar nuestra lista de pedidos, pero vayamos sin más preambulos a leer nuestra Biblia.
«Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá» (Mateo 7:7-8)
Tener la sabiduría de Dios está entre las mayores necesidades que tenemos. La sabiduría de Dios nos ayuda a tomar decisiones prudentes a lo largo de nuestra vida cristiana; a optar por el camino de Dios y rechazar el camino del mundo en toda situación.
Usted dirá, y bueno que quiere decir esto con relación al versículo en cuestión, bueno mi amigo vamos a explicarlo, en estos días, si usted pone atención a la serie de enseñanzas que se vienen dando desde algunos pulpitos (ojo no son pulpos chiquitos) pero usted escucha, que debes pedir, que encontraras todo lo que tu corazón desea, que se te abrirán todas las puertas, de que si tocas, las ventanas de los cielos se abrirán de par en par y recibiras las bendiciones que ya son tuyas, porque Jesús ya pagó por ellas y que ahora debes exigir que se te entreguen, mi amigo parece que llegamos a Navidad y que debemos presentar nuestra lista de pedidos a papá Noel y todo lo que querramos el 24 por la noche, (o cualquier día que usted pida) el viejito pascuero lo va a dejar a los pies de nuestro arbolito, o cama, donde usted desea, escuchamos esto y todos somos felices y pedimos como si la nieve cayera en verano, nos falta papel para nuestra lista, hasta que recobramos el sentido y alguien por allí, debilmente en algunos casos, otros con voz de trompeta les dice a todos: «Asi no es, esto es un engaño del diablo» algunos quieren ahorcar al hermanito que dice esto, pero luego que me suelten el cuello les quiero decir.
Miren mis hermanos el versículo es totalmente cierto, pero para poder pedir , buscar las bendiciones, llamar a que se cumplan nuestras oraciones, hay una pequeña condición que viene escrita en letras pequeñitas, que nadie, ni siquiera los lideres de las congregaciones muchas veces prestan atención, (o no combiene darse cuenta) para todo esto debemos tener la sabiduría que viene de lo alto, si porque Dios te la dará, para que puedas saber y entender como debe de estar tu relación con Dios para pedir, si llamas al Espíritu Santo, a que viva en tu corazón y seas transformado al mismo pensamiento de Jesús, ahora si, cuando estes en una relación directa con el Padre, entonces todo aquello que pidas se te dará y si llamas se te abrirá y todas las bendiciones vendrán sobre ti, porque todo lo que pidas, todos tus pensamientos, todos tus deseos, serán los que el Espíritu Santo ha puesto en tu corazón, ya se acabó, el pedir la millonada de dinero que necesitas para ser rico, ya no vas a pedir el carro nuevo que quieres para ir a hacer las compras, ni siquiera vas a tocar para tener un mejor trabajo que el que tienes, ya no pediras ni tu nuevo iPhone5, mucho menos tu iPad3, ni la casa nueva, ni la de verano en Paris, ya que tu pedido estará en la misma comunicación con lo que el Padre quiere para ti, porque recuerda siempre, Jesús no murió, ni por tu carro, ni por tu trabajo, ni siquiera para que puedas dar la vuelta al mundo en un crucero de verano, murió por ti y por mi, entonces, si lo más importante y por lo cual derramó su sangre, somos nosotros, tu vida y mi vida debe estar comprometida con Dios y Su Palabra, allí mi amigo se cumple este versículo, antes, puedes pedir, puedes llamar, pero sientate porque o cambias o es mejor que te compres una almohada porque tienes para rato, y yo sé que la misericordia de Dios actúa, pero también se que Dios es un Dios justo y dará a cada uno lo que merece.
La Biblia presenta muchos mandamientos y principios para la vida cristiana, pero no es un manual exhaustivo de métodos y reglas para toda situación concebible. Eso no sería muy práctico, e impediría que confiáramos solamente en Dios. El quiere que leamos su Palabra cada día de modo que podamos conocer sus principios para una vida recta y que podamos orar sabiamente pidiendo dirección cuando tenemos que tomar decisiones difíciles.
En las Escrituras el Señor presenta a los creyentes la verdad suficiente para vivir de manera responsable, y suficiente misterio para llevarlo a El en la oración confiada: «Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada» (Santiago 1:5)
Entonces mi amigo y ya para terminar, busque de Dios, pida sabiduría, y cuando la tenga, podrá saber, qué es lo que pedirá, que es lo que buscará y a quién y dónde llamará, seguramente la lista de Navidad se le reducirá tremendamente, porque el hacer la voluntad del Padre será ahora su principal preocupación y deleite, nos seguimos comunicando, bendiciones y ya viene más, tan solo espere unas horas, y por favor ore, para que la voluntad de Dios se haga en nosotros, (en usted y yo), gracias.
junio 22, 2012 a las 11:24 pm
Me encanto la manera en que has interpretado a Mateo 7:7-8. Es exactamente de la misma manera que yo lo veo. Gracias por compartir y mucha salud para que sigas escribiendo tan buenos comentarios.
Bendiciones
junio 23, 2012 a las 10:55 pm
Gracias por tus palabras, seguiremos, eso que no te quede duda, es siempre bueno recibir un buen comentario, aunque siempre hay algunos que no les gusta lo que aqui escribo, pero ni modo no me gusta agradar al mundo. Pronto vendremos con Romanos y Mateo, entre otros.