Amigos todos, volvemos por aquí, pero hoy con algo que sería bueno que lo haga pensar, nos encontramos por aquí con un café en medio de las manos, pero hoy debemos ponernos a pensar verdaderamente si el llamarnos cristianos, va de la mano con lo que la Biblia dice sobre ello y también si verdaderamente usted y yo caminamos de acuerdo a los parámetros dados, escritos y ordenados en la Biblia, o simplemente nos acomodamos a lo que se predica hoy, bendición, milagros, promesas, y sobre todo si con la carita es de santo, ya la hiciste, y es seguir así te haces merecedor de todas las bendiciones del cielo.
Como seguidores de Jesús, nos llamamos cristianos no obstante que esta palabra aparece solo tres veces en el Nuevo Testamento. Para identificar a los seguidores de Jesús, la Biblia usa una serie de nombres tales como hijos de Dios, ciudadanos del reino de los cielos, miembros de su Cuerpo, ovejas de su rebaño. Pero hay una palabra que se usa con más frecuencia que cualesquiera otras: esclavo.
¿De veras? Sí, aunque si hace una lectura superficial de su Nuevo Testamento va a ver que la palabra se usa muy pocas veces. ¿Porqué? Esto se debe según el pastor John Macarthur a que la palabra griega para esclavo (doulos) ha sido mal traducida en casi todas las versiones conocidas.
El evangelio define claramente la autoidentificación de los cristianos: mediante el pago de un precio habían sido hechos libres del pecado pasando a ser esclavos de Cristo. Y tenían el marco de referencia para entender sin ninguna duda, lo que eso quería decir.
«No escucharemos hablar de esto en las iglesias de hoy» el pastor Macarthur dice: La esclavitud es un concepto de mal gusto para las sensibilidades modernas, en cambio, oímos decir que Dios ama al ser humano incondicionalmente y quiere que llegue a ser lo que quiere ser. Ambición personal, realización personal, gratificación personal. Todo esto ha llegado a ser parte del léxico del cristianismo evangélico y la esencia de lo que significa tener una relación personal con Jesucristo.
La verdad hay que decirla. El evangelio no es sencillamente una invitación para hacerse amigos de Jesús. Socios en la batalla. Compañeros del camino. La Biblia incluye un mandato inconfundible para llegar a ser su esclavo. Esto es lo que significa ser cristiano.
Y bueno entonces ¿Qué somos? muchos asistentes, amigos, compañeros, y hasta nos llamamos cristianos, pero esclavos, nadie lo quiere ser, y si usted como muchos más escucha esa palabra, empieza, este hermano como que esta equivocado, algo malo tiene este hermanito, o simplemente si sigue así me voy de la iglesia o en el peor de los casos, deja de diezmar, como si con eso puede hacer cambiar la verdad, es cierto que usted va los domingos a la iglesia, pero su vida es de verdad lo que dice la Biblia que debe de ser, alza las manos y hasta llora, pero hace lo que dice la Biblia, recuerda usted este pasaje «confesad que Jesús es TU Señor» con todo lo que esto implica, si no es así simplemente estamos jugando a la iglecita y de cristiano no tenemos nada, en fin continuemos, piense y nos seguimos viendo, bendiciones, pero recuerde de asistentes, de domingueros, de personas buscadoras de milagros y prosperidad está llena la iglesia del Señor, pero dentro de esa muchedumbre ¿Cuántos son verdaderos discípulos?, nos vemos.
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