Bueno mis queridos hermanos, amigos, conocidos, visitantes asiduos, caminantes que hacen el camino y uno que otro extraviado que nunca falta, a todos gracias por llegar por aquí, hoy seguimos con «El asesinato de Jesús» el pastor John Macarthur nos dá una manota para poder aprender un poco más respecto a los últimos días del ministerio de Jesús aquí en la Tierra, por lo que prepárese y Biblia en mano, iPad si tiene uno, si no tiene uno aún, no se preocupe una vez más corra a la primera tienda de Apple y comprese uno, y todos podremos de disfrutar de una buena lectura, y bueno aparte de todo siga visitandonos y leyendo.
Continuemos: Bien pudo ocurrir que la reprensión de Cristo (de lo que hablamos en el post anterior) selló lo que había sido una creciente desilución en la mente de Judas. Después de todo, como casi todos, él esperaba a un Mesías que libertaría a Israel de la opresión romana y seguidamente establecería su trono. Judas (como los otros discípulos) sin duda esperaba compartir la gloria y el poder de ese reino (Mateo 20:20-21). Pero como ocurrió que Jesús hablaba más y más acerca de su rechazo y de su muerte inminente, Judas perdió el entusiasmo de seguir al Señor. Había permanecido por tres años esperando que Jesús accediera al trono de David y lo ascendiera. Sus motivos todo el tiempo al parecer eran la codicia y una sed egoísta por el poder.
A eso hay que añadir el hecho de que estaba sustrayendo dinero de la bolsa de los discípulos, de la que era responsable. Contempló con resentimiento como regalos tan costosos, una libra de nardo y alabastro, eran sacrificados en un acto de simple adoración. Y Judas al contemplar cómo se evaporaba la posible ganancia de un desfalco planificado, pudo haber tomado la decisión ahí mismo de compensar la pérdida mediante la entrega de Jesús. Y pudo haber sido en ese preciso momento que tomó la decisión final de cometer un acto de traición mediante la entrega de Jesús en manos de sus enemigos.
Lucas registra el hecho de que el mismo Satanás entró en Judas en ese mismo tiempo (Lucas 22:3). Actuando a través de la ambición de Judas y aprovechándose de un corazón no regenerado que ya para ese tiempo había totalmente rechazado a Cristo; el diablo literalmente poseyó a Judas para efectuar el acto traidor que estaba a punto de ocurrir. Mateo dice: «Entonces uno de los doce, que se llamaba Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes, y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y ellos le asignaron treinta piezas de plata. Y desde enonces buscaba oportunidad para entregarle» (Mateo 26:14-16). Desde el punto de vista de sus enemigos, las cosas iban muy bien.
Nadie, sino solo Jesús lo comprendió en ese momento, pero un plan superior realmente estaba obrando. Era el plan eterno de Dios soberano, ese plan había sido establecido desde antes de la fundación del mundo. Y desde el mismo inicio de la conspiración, el hecho del control soberano de Dios es claramente manifestado por todas las profecías que se cumplieron a medida que el drama se desarrollaba en perfecta armonía con el propósito eterno de Dios. Así que la primera y más básica lección que aprendemos del asesinato de Jesús es la verdad de que Dios permanece absolutamente soberano sobre todas las cosas, incluso cuando parece que el plan más inicuo diseñado por pecadores está a punto de conseguir un éxito siniestro.
Nos vemos, los dejo aquí para que ustedes mediten sobre lo que acabamos de leer, busque en su Biblia los versículos bíblicos, y dejenos un comentario que nos permitirás saber que piensa, luego nos seguimos viendo, estamos ya entrando a la parte central de toda está semana y no se olvide él lo sigue esperando. Bendiciones.
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