Amigos o hermanos, hoy si como los gráficos suponen, sirvase un buen café, cargado pero no al hombro y un tiramisu como acompañamiento, Biblia en mano, un tiempo de conversar sobre un poco de historia, hablamos de un hombre que vivió hace más de 100 años, y dejó escritos que deberían de servir de inicio para que los líderes de esta época empiecen a entender y se den cuenta de que en un determinado momento se desviarón de la verdadera Palabra de Dios, fue en forma sutil, en forma que algunos no se dieron cuenta, pero otros lo hacen a sabiendas, con premeditación, alevosía y ventaja, y envían a raudales con sus engaños a gente por el camino que lleva a la perdición, no vaya usted a encontrarse en ese camino, por lo tanto lea con detenimiento, porque sobre aviso no hay engaño, tomesé el primer sorbo y sientese, le aseguro que si está parado se nos cae y pueda que ensucie el piso, ojo con el café derramado.
¿Será que ama a su Señor aquel hombre que estaría dispuesto a ver a Jesús con una corona de espinas mientras él mismo apetece una presea de laureles? Después que Jesús ascendió a su trono por la cruz, ¿acaso esperamos ser llevados allí sobre los hombros de una multitud que nos aplaude? No seamos tan vanos en nuestra imaginación. Cada uno de nosotros debe calcular el costo, y si alguien no está dispuesto a llevar la cruz de Cristo, que se devuelva a su granja y a sus mercancías, y sáqueles todo el provecho que pueda; tan solo permítame susurrar esto en su oído: «¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?»
Si usted está familiarizado con la vida de Carlos H. Spurgeon, es probable que haya oído acerca de «la controversia del declive», Spurgeon pasó los últimos cuatro años de su vida en franca lid contra las tendencias del modernismo original, el movimiento que vio de manera acertada una amenaza al cristianismo bíblico.
El nombre por el cual la historia recuerda la controversia proviene del título de una serie de artículos que Spurgeon publicó en su revista mensual llamada La espada y el palustre (The Sword and te Trowel). Spurgeon quería apercibir a su congregación sobre los peligros de apartarse de las posturas históricas del cristianismo bíblico. La verdad bíblica es como la cúspide de una montaña empinada y resbaladiza, como sugirió Spurgeon. Un paso en falso es todo lo que se necesita para rodar cuesta abajo. Tan pronto como la iglesia o individuo cristiano se coloca en el sendero hacia la decadencia, dijo Spurgeon, el arrastre es inevitable. Es bastante inusual la recuperación y solo ocurre cuando los cristianos se «trepan» a la rampa de ascenso por medio del avivamiento espiritual.
Cien añs después que Spurgeon hizo sonar la alarma, gran parte de la educación teológica en Inglatera es del todo liberal y secular. La concurrencia eclesiástica es apenas una fracción de lo que había sido entonces. Los evangélicos son la escasa minoría, la predicación bíblica verdadera está en desuso hasta en las iglesias donde se supone que se cree en la Biblia, y el movimiento evangélico ha sido susceptible casi que a todas las modas teológicas nocivas que se exportan desde los Estados Unidos. En pocas palabras, la iglesia evangélica en Inglaterra nunca se recuperó del ataque modernista y liberal que empezó un siglo atrás.
Cien años más tarde estamos viendo cómo la historia se repite a sí misma. La iglesia evangélica se ha vuelto mundana, y no solo mundana por negligencia sino con deliberado propósito. Se están levantando todo el tiempo vientos de indulgencia doctrinal.
«Doctrina falsa y mundanalidad», las mismas dos influencias atacadas por Spurgeon, siempre van de la mano pero la mundanalidad va un paso adelante. Los cristianos tienden a olvidar hoy día que el modernismo no fue al principio una innovación teológica sino una metodológica. Los primeros modernistas no intenaban destruir la fe bíblica sino tan solo hacer el cristianismo más apetecible al gusto de un mundo lleno de cinismo.
Ese mismo espíritu está presente en la iglesia actual. Estoy convencido de que la mayoría de quienes vienen detrás de usted no tienen la intención deliberada de menoscabar el cristianismo bíblico. No obstante, han introducido en la iglesia una filosofía de pragmatismo y un espíritu de mundanalidad que si no son controlados, tarde o temprano traerán la misma cosecha amarga que trajo consigo el modernismo un siglo atrás.
Nos vemos pronto, esperamos su comentario, cuidado con el modernismo que trata de meter la mundanalidad a la iglesia, hay que detectarla, denunciarla y renunciar a ella.
agosto 1, 2011 a las 12:25 am
«El hecho es que a muchos les gustaría unir iglesia y candilejas, cartas y oración, baile y sacramentos. Si no tenemos poder suficiente para obstaculizar esta corriente, por lo menos podemos advertir a los hombres de su existencia y rogarles que se alejen de ella. Si desapareciera la fe antigua y se extinguiera el entusiasmo por el evangelio, no sorprendería que la gente buscará algo más para su deleite y esparcimiento. Al faltarles el pan se alimentan con cenizas; al rechazar el camino del Señor corren con afán por el sendero de la necedad»
Cuan admirado e impresionado me siento al saber que lo que Spurgeon predicó no es otra cosa más que una fiel radiografía de lo que la iglesia es hoy en pleno siglo 21!, pero mucha de la culpa se debe a que hemos creído la mentira del diablo la cual dice que los programas de la iglesia deben buscar agradar a los hombres en lugar de Dios, que no hay que predicar más alla de 30 minutos, y que dicha «predica» debe contener una buena dosis de humor, ya que hay que entretener a las personas con música, juegos y dramas.
También influye el que tengamos como lideres a neófitos los cuales estoy seguro ni siquiera saben que existió Charles Haddon Spurgeon.
agosto 1, 2011 a las 12:57 am
Definitivamente mi querido amigo, hay pastores que solamente se dedican a orar por milagros, a orar para encontrar maridos, para la ofrenda y demas, pero jamás para tener verdaderamente un encuentro con Jesus, no hablan de llevar su cruz y estar dispuesto a morir por nuestras creencias, sino a un Dios que bendice, que hace milagros y que si le pides El te lo dara, o sea hemos convertido a Dios en un milagrero cualquiera, que hasta le cuentan hasta tres para que te de el milagro que pides, no importando si eres o no hijo de Dios, solo pide y El hara, un cristianismo equivocado en donde el asistente es quien lleva la iglesia, en donde ers parte de un club de socios que todos opinan como se debe llevar la iglesia y que si el pastor no te gusta porque te enseña la verdad, simplemente lo cambian, la iglesia (que no es la de Jesucristo, pero se hace llamar criatiana) esta errada, va camino a la perdición, y son los pastores y maestros los primero que hacen desviar a la propia iglesia. pero hay que enseñar la verdad, hay que decirla, hay que gritarla y cada uno tomara su desición. Seguimos, a pesar de nuestros hermanos cristianos.
noviembre 18, 2013 a las 9:25 pm
[…] https://mivivencia.com/2011/02/09/cristianismo-cuesta-abajo/ […]